maandag 4 juni 2012

Patagonië herrijst uit het Chileense as

(Abajo el articulo en Castellano)

Exact een jaar nadat de Chileense aswolk heel Villa La Angustura bedolf, was het feest in het ski-oord. Een jaar geleden spoot de vulkaan Puyehue gas, lava en as over een groot deel van Patagonië, waaronder vooral Villa La Angostura het grootste slachtoffer werd. Dit kleine stadje is een juweeltje in de Patagonische Cordillera waar ze vooral van toerisme leven. Velen verlieten de stad en zochten hun heil en onderkomen elders, uit angst, door verlies van inkomsten of onbewoonbaarheid van hun woningen. Diegene die achterbleven vochten voor het behoud van deze mooie stad. Een jaar na de dramatische onderdompeling, vieren zij nu feest. Een feest waarbij ze de verhalen van hun strijd kwijt kunnen, waar ze de geschiedenis van hun 'verrijzing' kunnen uitschrijven. 'Het ergste was om de zon niet meer te zien, assen in je keel en neus te hebben, lopende ogen.' Men vertelt over de gruwelen van de aswolk, over de solidariteit en de samenwerking om straten en pleinen terug asvrij te krijgen. Men danst en zingt om de wanhoop dat ze geen bergtop meer zagen, dat de as heel hun leven overnam. Nu is het ergste geleden. villa Angostura ligt weer te blinken aan het natuurreservaat Parque Nacional Nahuel Huapi. Villa is omgeven door meren in de Cordillera in Patagonië.


Voor Belgen is het geen onbekend oord. Reeds in 1707 streek er een Mechelse pater neer aan de oevers van het Nahuel Huapi meer. Hij herstelde er samen met zijn collega's de jezuiten-missie eerder door Pater Nicolas Mascardi gebouwd. Zijn naam was Phillip van den Meeren, aan de oevers van de Nahuel Huapi staat hij bekend als Felipe Laguna. De missie hield lang stand tegen de indianen en was de eerste grondvest voor de latere poblatie van de Patagonische Cordillera, waaronder Villa Angostura. In de 20ste eeuw vinden we een andere Belg in de straten van Villa, Jean Pierre Raemdonck.  De kabelbaan naar de Cerro Bayo draagt zijn naam. Jean Pierre Raemdonck is een van de voortrekkers van Villa Angostura zoals het nu gekend is: als mondaine ski-oord. JP werd in 1938 in Brussel geboren, eentje van vier uit het gezin Raemdonck-Braun. Toen Jean Pierre emigreerde naar Argentinië, kwam hij in Buenos Aires een landgenoot tegen, jean Groverman, die hem inviteerde om naar Patagonië af te zakken, naar Villa La Angostura waar de Grovermans een paar maanden van tevoren geradicaliseerd waren.

Jean Pierre nam de uitdaging aan om iets van het gehucht aan de voet van de Andes te maken. Er woonden hoop en al 500 mensen, er was geen gas, electriciteit noch asfaltwegen. Het leven was er simpel en iedereen kende iedereen. Jean Pierre kocht de eigendom 'Los tres Mosqueteros' voor us$2.000 en begon er een herberg in. In de winter zette hij bij de ski-pistes van Bariloche een klein winkeltje op met Belgische wafels. Dit had zo een sukses dat ze er de zomer bijnamen. Zij zagen Bariloche openbloeien als ski-oord en Jean Pierre wilde deze hype ook naar Villa La Angostura brengen. De grootste struikelblok was de ski-pistes aanleggen. De bergflank van Villa Angostura was dicht begroeid met struikgewas en stevige bomen. Jean Pierre kon een groep mensen warm maken om met blind vertrouwen aan het werk te gaan en pistes, wegen en toeristische opvangcentra aan te leggen. Zo ontpopte met os en kar, houten werktuigen en veel zweet bloed en tranen, het mondaine ski-oord naast Bariloche: Villa Angostura. 




Historia de Jean Pierre Raemdonck:

Jean Pierre Raemdonck nació el 19 de marzo de 1938 en Bruselas, Bélgica, es uno de los cuatro hijos del matrimonio formado por Jean Raemdonck y Cécilde Braun.
Cuando llegó a la capital argentina, conoció a un compatriota, Jean Groverman, quien lo invitó a venirse a la Patagonia argentina (Villa La Angostura) donde éste belga con su familia se radicaría pocos meses después.

Al regresar al país europeo, decidió aceptar el desafío en el sur argentino (“a prueba por un año a lo sumo...” le suplicó a su padre) y sólo dos meses después, nuevamente se embarcó con destino a estas tierras de Sudamérica.   


Instalado en Villa La Angostura, comenzó su historia en la Patagonia. Entrevistado, Jean Pierre recuerda: “... cuando llegué era un pueblo muy chiquito, creo que no tendría ni quinientos habitantes, no había asfalto, ni gas, y apenas unos pocos autos (no más de diez), la vida era muy simple y nos conocíamos todos".

Recuerda que "compre la propiedad (hoy conocida como “Los Tres Mosqueteros”) por U$S 2.000 y ese mismo verano abrimos como restauran para los pocos turistas que nos visitaban”. Manteniendo aún, su tonada extranjera continua: “... en el invierno con mis amigos pusimos en el Catedral de Bariloche un pequeño negocio con venta de “waffles” (especialidad belga) que tuvo una buena aceptación y continuamos haciendo las temporadas invierno-verano, y estábamos conformes con el resultado. Hasta que llegó la época de Sol Jet y Austral, y ante exigencias que no podíamos cumplir, decidimos volver y ver si podíamos hacer algo parecido en Villa La Angostura...”.

El sueño de un centro de esquí

Jean Pierre Raemdonck rememora aquellos inicios: ”Nadie sabía que la mayor parte de las futuras pistas de esquí se encontraban en pleno bosque de cañas, lengas y coihues. Una vegetación casi impenetrable en muchas partes. No se podía llegar con carreta de bueyes a ningún lugar del proyecto. Pero aquellos primeros socios tuvieron una fe ciega en llevar al éxito este emprendimiento. Para saber por donde convenía trazar caminos y pistas, la única forma era subir el cerro O´Connor, situado del otro lado del río Bonito. Tomar varias referencias en un pequeño cuaderno y al otro día meterse en el bosque tupido, buscando lo que se había visto desde el O´Connor y volver a casa, bien cansado, sin haber encontrado las referencias anotadas en el pequeño cuaderno”.

Jean Pierre continúa con su relato:”...al principio habíamos decidido llegar por ruta al refugio del Club Andino, en el nivel 1.500 donde teníamos mucha seguridad de nieve, sin necesidad de desmonte y con la posibilidad de poder empezar a esquiar con pequeños teleskis portátiles, muy económicos, igual al que habíamos colocado junto al refugio. La provincia apoyaba la idea y nos mandó al ingeniero A. Aguiar Fonseca para trazar el camino. Hoy día, el camino de acceso usa los 4 primeros kilómetros de tal trazado. Por razones de costo de construcción y de mantenimiento, nos dimos cuenta que teníamos que cambiar el lugar de la base. Es así que nos decidimos por el nivel 1.050, que presentaba una zona relativamente plana para estacionamiento, descubierta desde el O´Connor, con agua abundante y fácil mantenimiento del futuro camino de acceso. Decidimos usar parte de los aportes de los socios fundadores de la Asociación Cerro Bayo para abrir una huella de 5 km. hasta la base. Contratamos a Reucan, hombre trabajador quien con su pala y hacha avanzaba con su particular sentido de orientación construyendo pequeños puentes o buscado los vados más adecuados. Así llegamos un día de verano de 1978 al el lugar elegido desde el O´Connor. Desde allí, hacia el refugio del Club Andino teníamos que marcar la futura pista de esquí adentro de una vegetación muy densa”.

Tarea faraónica

“La huella de Reucán era muy angosta y los puentes débiles y muy estrechos. La obra parecía faraónica para un grupito equipado de palas y hachas y una sola motosierra. Un día, para levantarnos el entusiasmo, apareció todo un grupo de Cumelen para efectuar el transporte de piedras desde el fondo de un río hasta los cimientos del refugio recién iniciado. Un hecho parecido había ocurrido cuando construimos el refugio del Club Andino en la cota 1.500 y que Cristina de Hensel – directora de la escuela en esa época – apareció con todos sus alumnos y varios vecinos para transportar las tablas, clavos y otros materiales para el primer refugio.”

Resalta también el aporte del gobierno provincial:”...un día cuando estábamos efectuando el desmonte de los primeros 400 metros de pistas, y terminando la cocina del refugio base, invitamos al coronel Martínez Waldner – en aquel momento gobernador de la provincia del Neuquen – a conocer nuestro proyecto. Caminamos con él y su familia por la huella de Reucán, explicándole la formación de la Asociación y como pensábamos realizar las inversiones sucesivas. También nos tuvo confianza y nos mandó la semana siguiente un equipo de Vialidad Provincial para empezar la ruta de acceso. (...)Al final de esta primera temporada también estaba presente la familia de “Perico” de Elizalde, con todo su entusiasmo para el esquí. De inmediato, “Perico” se transformó en un gran entusiasta del proyecto. Dirigió la Asociación Cerro Bayo durante casi 10 años, con toda su capacidad de hombre de ley, buscando siempre la mejor solución para el bien de todos, antes de los intereses particulares”.

El vínculo con el Club Andino se mantuvo, reconociendo los logros de esta Institución angosturense en aquellos primeros días de este proyecto. Un 3 de septiembre de 1980 la Asociación firma un acuerdo:”...con el Club Andino de Villa La Angostura: El presidente destaca, entre las actuaciones cumplidas durante la etapa constitutiva de la Asociación el acuerdo logrado con el Club Andino respecto de la utilización del Cerro Bayo. Señala que su principal finalidad es  la de apoyar a esta Institución permitiendo a sus asociados residentes permanentes en Villa La Angostura la utilización de las instalaciones existentes en el Cerro, en las mismas condiciones que nuestros propios socios...”.

Apoyo económico de Cumelen

Finalmente el 1980 se logra el objetivo tan deseado, al comprarse el Poma y cuya instalación consolida al incipiente Centro de Esquí del Cerro Bayo. No fue sencillo este paso; recién en el Aeropuerto de Ezeiza – cuando el representaba de Poma regresaba a Grenoble – se logró reunir la seña para concretar la compra, gracias nuevamente a los socios de la Asociación, siendo uno de ellos, Julio Vergara, quien aportó el dinero para este anticipo. Para cancelar el saldo (95 % del costo total) Cumelén Country Club aportó el saldo, constituyéndose en el propietario de dicho medio, debiendo asumir para afrontar tamaña inversión, una importante deuda con el Banco Galicia que cancelaría con gran esfuerzo. A partir de la instalación del Poma el sueño de un Centro de Esquí empezó a ser una realidad.

Este apoyo económico comprometió la economía del Cumelén  durante varios años (empleados recuerdan algunos atrasos en el pago de sueldos por los compromisos asumidos con la Asociación Cerro Bayo), sin embargo la habilidad de quienes manejaban aquella Comisión permitió sortear esa difícil situación. Es de resaltar el hecho que fueron aportados préstamos por los mismos socios para contribuir a mejorar las finanzas. Así consta en el Acta de fecha 6 de enero de 1981, donde se puede leer:”...asimismo, solicita una decisión de la Comisión Directiva sobre los criterios a adoptar respecto de los préstamos a mejor fortuna efectuados a la Sociedad por algunos socios: .J. Cavanagh, J. Vergara, I. Saenz, P. de Elizalde y J. C. Firpo entre otros”.

La instalación del Poma fue todo un acontecimiento, pero no estuvieron ausentes las complicaciones:”...en la ciudad de Azul, se volcó el contenedor con el motor, los tableros eléctricos, etc. Los cimientos se hacían con una pequeña hormigonera naftera y los materiales se subían con bueyes. Parecía que nunca se iba a terminar la obra. En la fábrica Poma se habían olvidado de cargar varias piezas que pusieron por error, en los contenedores para la Telecabina de Chapelco a cuenta de “Sol Jet” - en quiebra en ese momento - y no podía enfrentar el pago de los derechos de aduana de la Telecabina. No podíamos explicar a los aduaneros que parte de nuestro teleski se encontraba en esos contenedores. El técnico enviado desde Francia por Poma tenía un carácter imposible. Después de haber chocado el Renault 12 nuevo de Bernadette, exige un segundo vehículo para viajar a Neuquen y fabricar allí, bajo su dirección, los elementos faltantes ya en la víspera de la temporada invernal. Ya los bueyes no podían subir por la nieve y Francisco Gaete lleva al hombro las 22 piezas faltantes, de 80 kgrs cada una, hacia las torres con nieve hasta la cintura, arriba de los 1.200 msnm13. Finalmente, inauguramos el Poma el primer día de la temporada de 1980. Rosie de Elizalde trajo una botella de champagne, agarró una percha y subió. Fue una gran alegría”.

Sin duda Jean Pierre no deja de contagiar su entusiasmo en cada relato de la historia.

Los vínculos de los socios de Cumelen también logran resultados positivos para continuar con las obras del Centro de Esquí, como por ejemplo los subsidios que en reiteradas oportunidades otorgó el Banco Nación a través de las gestiones de su presidente, don N. Ruiz Guinazú. En el libro de Actas de la Asociación consta con fecha 27 de noviembre de 1981:”...con referencia al subsidio del Banco de la Nación Argentina: informa el señor presidente que ha culminado exitosamente una gestión iniciada por la Tesorería ante el Banco Nación Argentina; se ha obtenido de esta Institución un subsidio...”. Un año después el apoyo volvía a ser una realidad; el 9 de septiembre de 1982: “...el Sr. Tesorero informa que nuevamente el Banco de la Nación Argentina nos ha otorgado un subsidio que se ha depositado en la fecha en la cuenta del Banco de la Provincia de Neuquen. La Comisión deja constancia de su profundo reconocimiento por este apoyo que contribuye eficazmente al logro del objetivo de la Asociación y la compromete a preservar en el esfuerzo a tal fin...”.

En 1983, comienzan a verse los primeros resultados, quedando reflejado en la “Memoria del Ejercicio14 de 1983” de la Asociación donde consta:...como comentario general, pensamos que durante este período la Asociación ha logrado consolidarse significativamente. El deporte invernal en el Cerro Bayo ha dejado de ser un proyecto para convertirse en una realidad con una excelente temporada que sin duda habrá de afianzar el interés en participar en nuestras futuras actividades. No solamente se dieron condiciones meteorológicas inmejorables para la práctica del esquí, sino que se obtuvo un resultado económico positivo que nos permite encarar futuras obras sin necesidad de depender exclusivamente del aporte de los socios...”.
  
En una Asamblea celebrada con fecha 15 de julio de 1989 se aprobó el contrato de concesión entre la Asociación Cerro Bayo (representada por su presidente el Dr. Pedro de Elizalde y su secretario Rolf Koennecke) y Cero Bayo S.A. (representada por su presidente Jean Pierre Raemdonck y el vice-Presidente Juan Carlos Firpo); donde la explotación comercial pasa a manos del nuevo concesionario por un término de 35 años a partid del 1° de enero de 1989, con opción a 10 años más.
En esta forma, con espíritu de sacrificio y la enorme capacidad de ejecutor de Jean Pierre Raemdonck y el apoyo incondicional de un grupo de vecinos, este proyecto – casi titánico en sus inicios – se convirtió en una realidad, hoy admirada y disfrutada por miles de turistas cada año.

Yayo de Mendieta
de "Una aldea de Montaña" (2002)

Su llegada

















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